jueves, 17 de febrero de 2011

Vaguedades

Bueno es saber que los vasos
nos sirven para beber;
lo malo es que no sabemos
para qué sirve la sed.

Cantares -Antonio Machado


¿Por qué la gente comprará libros de autoayuda o buscará consejos sobre como adecuar la vida cotidiana occidental a una mente sana y vital? La poesía es alimento suficiente, la música, la pintura y tus curvas. Probablemente nadie compre esos tópicos libros, todo sea una gran mentira del cine americano, la coca-cola es innegable, pero no los 10 secretos para alcanzar la riqueza y el éxito.

La poesía tiene un contenido dificilmente definible, muy ambiguo y voluble, no se atrevan ustedes, si ostentan y lucen su humildad, pretender entender qué es lo que poetiza las palabras y las frases, porque no sólo lloverán palos desde los palcos, también desde sus tripas. Yo, pese a humilde, quiero hoy destacar por valiente y lanzado, olvidar los viejos prejuicios de la prudencia y la limitación y definir con violencia la poetización. Mis tripas, o adentros más ocultos y más certeros, quizá mañana luchen contra mis locuciones, derroquen, pues, mis verdades, las ilusiones que aquí bautizo como reales.

Me dirán que la poesía está en la belleza, yo diré que descubrieron América. Pero la residencia de esta belleza, que podemos llamar mamá de la poesía muchos otros quebraderos de cabeza y dolores de espalda, si acaso no resfriados y fiebres, ha provocado en las mientes de vetustos ilustres y gentes liberales.

La poesía es siempre divertimento, más si sólo digo esto, miento. Bien aburrido está el estudiante de releer a Cervantes. La poesía lenta del cienasta intelectual, su racional aportación a la reflexión de las imágenes, promueve la actividad neuronal, en uno de sus sentidos más dignos, pero deja de lado la vertiente pasional, y provoca silenciosos bostezos.

La poesía es por tanto, aprendizaje, mensaje, idea. ¿Pero que es entonces poesía los periódicos? Seguro que algún moderno quiso enmarcar un editorial, pero también Aristóteles quiso informar (y formar) y no por ello lo llaman poeta. Sería buena idea preguntarle, ya que algo sobre el tema quiso decir, catarsis, purificación, empatía y pasión. Pero Platón, maestro suyo, cuyos diálogos dicen son casi un tentempié poético, nos habla de musas e inspiración, de dioses y seres fantásticos dando material al productor (qué paradoja, el efecto como causa). También, no se me olvide, dijo que arte era política, engaño y mitología funcionales, cine nazi o soviético, medios para un fin muy concreto con el que por suerte podemos disentir.

Todo suena muy grandilocuente, purificación, dioses inspiradores, grandes ideales, parece que hay un aura mística rodeando a la poesía, una magia ¿Pero y qué de las cosas pequeñas? las sutilezas, los detalles, lo simple pero agradable. Cuánto han explotado los franceses lo dulce y sencillo, su literatura moderna, casi innecesaria por su levedad, por su estética basada en la cotidianidad, sus películas ligeras, libres como gaviotas lanzadas al mar. ¿Pero acaso no es sublime y enorme lo pequeño cuando se poetiza? ¿No son el dedo que acaricia y el reloj que se tambalea grandes entidades que adquieren realidades mayúsculas en su frágil nimiedad?

Hay muchas poesias y muchas bellezas, las que yo considero son aquellaa que ante la conciencia de la finitud, rodean de infinitud a la materia, las que consicentes de la frialdad, regalan calidez, sabidas de la fealdad, ensalzan y acicalan, las que luchando contra la debilidad, refuerzan las ideas...
las que sabiendo,
que algún dia moriré
o morirás
te inmortalizan aquí
para que otros
más tarde
se enamoren de ti
sin haberte conocido
agitados, conmovidos
solamente leyendo
estos desordenados
versos mios.

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