martes, 22 de septiembre de 2009

¿Pensamiento crítico?...¡No por favor!

Leo en "El Mundo" una pequeña columna referida al tan en boga giro editorial que se ha dado en "El País" respecto a la actuación del gobierno, y en concreto, frente a la presunta individualidad del presidente en la toma de decisiones que, sean o no tiempos de crisis, inevitablemnte causan confrontación y discordia. Varias publicacines norteamericanas (y que se me perdone el prejuicio que tengo hacía gran parte de todo lo provinente del exterior del país, que me parece generalmente mejor y de mayor calidad, más aún si se trata de países democráticos y "avanzados") entendieron que las críticas que "El País" realizaba hacia la actitud del partido socialista habiendo sido durante largos años el medio más complaciente y benévolo respecto a este grupo político se debían al flaco favor que el gobierno pretende realizar con su nueva ley de TDT de pago(que a saber de qué va la cosa) al grupo editor del diario, PRISA. Así pues, las divergencia de opiniones mostrada por tal medio de comunicación(incluyendo los palos que Zapatero se llevó de parte de Gabilondo en Cuatro) respecto al ejecutivo podría, tal como se sospecha desde otros medios, haberse debido a la ruptura del amiguismo y del recíproco cumplimiento de favores, un simple correctivo o reprimenda al PSOE materializado en mala prensa por haber tocado lo que no debía. En caso de ser esto cierto, cosa muy probable y coherente, mentiría el diario al defender su linea editorial como abierta, democrática y consensuada y por el contrario los integrantes de la Redacción basarían sus ideas y opiniones en los intereses económicos individuales de la empresa, cosa que al fin y al cabo vemos reflejada en todos los medios de comunicación y en como en ellos se transmite la información.

Lo peor no es esto, lo que realmente me ha impulsado a reflexionar y escribir este texto frugal y superfluo, que sin embargo considero de gran interés si se confía en una futura mejor salud política en nuestras vidas, es el hecho de que muchos de los lectores de "El País", tal como afirmaba "El Mundo" en su columna, dejaban bien claro en la web del diario que no deseaban en absoluto una divergencia de opiniones ni mucho menos que puedan encontrarse en el periódico líneas que se posicionen contra el gobierno, tal y como aparentemente se había llevado haciendo hasta ahora. Es obvio que solemos decidirnos por un medio informativo según el grado de empatía ideológica que en él encontramos, pero tales comentarios mostraban que no era aceptable crítica alguna hacía el partido político que se vota por parte del lector(y partido político no es ideología), una auténtica defensa de la censura que prácticamente podemos encontrar con el PP en Canal 9, Telemadrid o Intereconomia de mano del mismo público que traga con tal desinformación. Considero estas críticas al diario como una auténtica falta de criterio propia de un populacho atiborrado de bipartidismo exaltado que no es capaz de entender la autocrítica como un ejercicio de progreso y perfección. En mi opinión las críticas realizadas no sólo deberían defender la variedad y pluralidad de opiniones, sino que deberían centrar su rechazo en el comportamiento lameculos que el diario ha podido llevar respecto al gobierno "socialista" tiempos atrás, es decir, las críticas deberían haber sido todo lo contrario de lo que han sido.

Es triste que sigamos teniendo dos grandes partidos políticos repletos de incompetentes que prácticamente excluyen al resto de opciones debido a que medios de comunicación en competencia se dedican a loar a unos u otros, confundiéndose en ocasiones si el principio de tales preferencias surgen debido a los diferentes ideales o si estos mismos van reformulándose al paso en detrimento de los intereses privados. ¿Alguien cree aún que los políticos que rigen el país buscan el bien común y que no centran la mayoría de sus esfuerzos en sus propios asuntos de lucro personal cuando ni siquiera los periodistas, partícipes del denominado 4º poder o pulmón democrático que es la comunicación periodística, basan sus publicaciones en convicciones e ideales políticos?
Si acaso estos comportamientos se deben a la encegada fe que en sí mismos tienen los políticos, si es buena la intención de sus mentiras, el encubrimiento y colegueo de los periodistas que de ello sacan tajada...¿acaso justifica el fin los medios? Siendo además el fin un estrepitoso y sonoro fracaso.

La política convertida en negocio(nada nuevo), y el periodismo convertido en máximo beneficio monetario, olvidando cualquier valor moral propio en pos del poderoso Don Dinero y del tentador y venenoso poder. Lo más terrible, una ciudadanía que gusta de esta oligarquía mediática, de este control doctrinario bifurcador que nos enfrenta no por creencias y convicciones sino por colores que acaban no representando nada. En definitiva, un texto pesimista ante la perspectiva de un mundo estúpido que quiere seguir siéndolo


"El mejor argumento en contra de la democracia es una conversación de cinco minutos con el votante medio."

Winston Churchill

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