domingo, 13 de diciembre de 2009

Los Campos Elíseos tienen aforo limitado

Para comenzar, insto a que se lea esta noticia sobre el CIE de Valencia:

http://www.elmundo.es/elmundo/2009/12/09/valencia/1260363283.html

Hoy entra en vigor la nueva ley de extranjería, que amplía los plazos de tiempo en que los inmigrantes desregularizados que residen en España pueden estar encarcelados en los CIE o Centros de Internamiento para Extranjeros, alcanzando a aprtir de la aplicación de la nueva ley un máximo de 60 días. Si esta noticia puede, para aquel con un mínimo de sensibilidad o capacidad empática, entristecer, al menos podremos apreciar el hecho de que la nueva ley regule el funcionamiento de estas cárceles o centros temporales de internamiento para repatriados permitiendo también que las ONG puedan colaborar dentro de las mismas. Hasta ahora, una regulación concreta y normativizada era inexistente, y los casos de abusos verbales y físicos eran bastante comunes, en unos entornos de convivencia, que no pocas veces podrían ser considerados poco higiénicos, insalubres y conflictivos. Las condiciones de las infraestrucutras no siempre son lo que un preso cuyo única falta, que no delito, ha sido vivir sin papeles, merecen, del mismo modo que sus condiciones de internamiento, que pueden provocar situaciones de miedo y desigualdad entre las mujeres o que apenas permiten el contacto con familiares o amigos.


Volviendo a la nueva ley, de la que es difícil encontrar información en los noticiarios generales, es en mi opinión bastante criticable la consideración como falta grave el promover la permanencia del inmigrante desregularizado en territorio nacional. En la práctica esto significa ser multado si tienes amistad con un sin papeles y no lo denuncias, convirtiéndote en cómplice, o algo mucho más solidario y, permitidme la demagogia, criminal, alojar al inmigrante en tu casa y ayudarle a encontrar un trabajo, que inevitablemente será irregular, hasta que consiga la nacionalidada través de métodos como el nuevo "informe sobre la integración social del extranjero", que permitiría al inmigrante obtener papeles si demuestra su integración en la sociedad(Aspecto algo complejo y oscuro de a la nueva ley).

Por supuesto, supongo que no son pocos los que opinan que es indignante que en plena crisis se atienda a extranjeros en nuestros hospitales de modo gratuito, o que el inmigrante regularizado pueda hacerse con un bono oro para el bus y tenga ciertas facilidades debido a su supuesta situación de inferioridad económica y social. Estos aspectos son matizables, tienen sus pequeños recovecos, no pueden tratarse con generalizaciones simplonas contaminadas de ideología. Lo que es indudable, para el idealista hippy o el defensor de la realpolitik, es que los países ricos cerramos muy bien nuestras fronteras a los migrantes de países pobres para que no desestabilicen nuestro estado de bienestar, entre otras todavía más truculentas razones, como la xenofobia o el miedo a culturas extranjeras. No existe ejemplo más gráfico y explícito que este, el de la lucha contra la inmigración, para demostrar que nuestra plácida vida se sustenta en cierta medida sobre la miseria y la pobreza ajena.


"¿cómo puede Dios castigar a un niño? ¡Y además un niño americano!"

Bart Simpsom

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