miércoles, 2 de diciembre de 2009

¡Grita!



¿Por qué no gritas Laocoonte? ¿La asfixia te lo impide? ¿Estoicamente viviste y estoicamente pretendes morir? Cualquier mísero humano se derramaría en un intenso trueno de voz desgarrador, como animal asustado, ni podría meditarlo, chillaría buscando en su música algún tipo de supersticiosa salvación.

¡Grita, grita, grita! Nadie podrá socorrerte si no clamas auxilio, y pese a que acalles tus tormentos, no podrás con el silencio eliminarlos.

1 comentario: